lunes, 4 de noviembre de 2013

Capítulo 13

¡Por fin tenéis aquí el capítulo 13! Espero que os guste, y ya sabéis, siempre podéis darnos vuestra opinión. Un abrazo enorme.


Sólo el silencio y la aridez los rodeaba. A excepción de dos formaciones rocosas que se alzaban, solitarias, del suelo. Dos columnas de piedra erosionadas que sobresalían como colmillos de la misma tierra.
Debían tener unos tres metros de altura, pero habían aparecido totalmente en silencio, ninguno de ellos se había dado cuenta salvo Will, que miraba con una sonrisa burlona las caras atónitas de los demás.
-Enhorabuena, los Señores de los Elementos os permiten la entrada a Clanderdon.
-¿No se puede entrar si ellos no quieren? -Preguntó Lucía.
-No, por ese motivo a la Torre de Clanderdon también se le conoce como La Inalcanzable. Nadie ha sido capaz de asediarla nunca, es el lugar más seguro de Nabhún. Para poder acceder a ella, los Señores deben daros, digamos, un permiso.
-¿Y nosotros hemos recibido ese permiso?
-Sí, os estaban esperando. No sé por qué, pero es así. Sabían que vendríais.
-¿Cómo se entra a Clanderdon? -Mario no había apartado la vista de las columnas de piedra.
-Atravesando la puerta. Clanderdon se encuentra al otro lado.
Mientras hablaba, una serie de cambios se sucedían en las formaciones rocosas. Ambas se doblaron hacia los lados hasta unirse en su parte superior, formando un arco. Cientos de inscripciones y misteriosos signos se hacían cada vez más visibles en su superficie. Súbitamente, los cambios se detuvieron y un nuevo silencio los rodeó. El arco se levantaba imponente ante el grupo, que lo observaba con atención. Pero sin embargo, tras él no había nada nuevo. Se podía ver perfectamente el mismo paisaje árido detrás de la puerta, no llevaba a ningún sitio.
Will dio un paso en dirección a la puerta .
-Ya está listo, podemos entrar en Clanderdon. ¿Quién quiere ser el primero?
-Yo.
Erik avanzó hasta colocarse a la altura de Will y lo miró fijamente. Sin intercambiar una palabra se giró y se dirigió a la puerta. Mientras avanzaba la duda crecía en su interior. Realmente no sabía qué sucedería cuando cruzara al otro lado, no sabía si encontraría algo más allá o si simplemente sería una broma de mal gusto de Will. Ya sólo estaba a un par de pasos de la puerta y no pensaba detenerse.
Al principio no sintió nada, pero de pronto una fuerte succión tiró de él en todas direcciones. Cerró los ojos con fuerza en un acto reflejo, mientras una mueca de sorpresa se acrecentaba en su rostro. Se sentía flotando y estaba experimentando cambios térmicos que se sucedían con violencia. Era una sensación muy desagradable, pero se controló. De repente todo se detuvo, sin previo aviso. Sintió la tierra compacta bajo sus pies, aguardó un instante hasta que consiguió equilibrarse, y abrió los ojos.

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